Lipoescultura

es una técnica que permite un remodelado de la silueta corporal a través de la extracción de la grasa (tejido adiposo) de diversos sitios del cuerpo en los que se acumula de forma inestética. 

Para ello, el cirujano utiliza una canula o jeringa conectada a un aspirador. La acción de succión puede complementarse ayudándose mediante ultrasonido (liposucción ultrasónica)  o con luz láser (lipoláser).

La duración de la intervención varía en función de la cantidad y las zonas a tratar, pero oscila entre 1 y 2 horas aproximadamente. Al acabar, en el mismo quirófano se coloca una faja para controlar la inflamación y minimizar el riesgo de amoratamiento. Además, así se ayuda a la piel a amoldarse al nuevo contorno. Es necesario llevar la faja aproximadamente durante un mes. La incorporación a la actividad laboral puede ser casi inmediata, o tras dos tres días, en función de la extensión de la liposucción y el tipo de trabajo a realizar.  

La Microliposucción  consiste en una técnica quirúrgica poco invasiva. En este caso el médico se ayuda mecánicamente con un micromotor (liposucción mecanizada) al que acopla cánulas finas que, gracias al movimiento oscilatorio, consigue la extracción de la grasa acumulada en la zona deseada (flancos, rodillas, pequeñas pistoleras…) De rápida recuperación es el tratamiento idóneo para los pequeños acúmulos grasos. Además a la técnica descrita se le puede añadir una sonda láser (600micras), consiguiéndose con ello la suma del efecto de retracción de la piel si así estuviese indicado.

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